Este curso que, ya hemos vuelto al calendario lectivo habitual de antes de la pandemia, esperábamos también recuperar el núme- ro de inscripciones de años anteriores. No ha sido así. Al cerrar el octubre solo hemos tenido 36 personas inscritas en los cursos y 11 niños en la ludoteca, cuando lo esperable era que, a estas alturas, tuviéramos entre 70 y 80 alumnos.Esperamos que a lo largo de la primera quincena de noviembre se incremente notoriamente el número de inscritos.
¿Por qué tenemos tantos pocos alumnos hasta ahora?
Una posible respuesta:
- Nuestra actividad siempre ha estado muy condicionada al ritmo del calendario de la temporada turística. De hecho, a pesar de intentar incluir el mes de mayo como lectivo, año en año hemos visto como después de Semana Santa la asistencia a las clases cae en picado. Empieza la temporada y hay más posibilidad de encontrar trabajo.
- Dicho esto hay que añadir que esta temporada turística ha sido extraordinaria en cuanto al alta ocupación de los hoteles, también durante el mes de octubre.
- El alquiler de la vivienda se ha encarecido muchísimo en Mallorca, este hecho hace que, cada vez compense menos a los tra- bajadores peninsulares desplazarse a hacer la temporada turística. Con los exiguos salarios que obtienen no pueden pagar el al- quiler de una vivienda, a veces compartida, y hacer un poco de ahorros por el invierno. Esto hace que las personas migradas que ya viven en Mallorca – nuestros potenciales alumnos – encuentren trabajo más fácilmente y durante más meses. Este hecho nos hace sospechar que, también el mes de octubre, tendrá a partir de ahora una demanda menor en nuestras clases para aprender el castellano o el catalán.
- Si como sospechamos tenemos menos alumnos porqué trabajan, esta sería una buena noticia por dos motivos:
a. Estaríamos ante una mayor oportunidad de integración laboral.
b. Al trabajar se encuentran en una situación de inmersió lingüística y así avanzamos rápidamente en la comprensión y en la expresión oral.